martes, 21 de octubre de 2008

Zarpó la tripulación, embarcando solamente un par de almas fusionadas, ávidas por recorrer la rivera que nos arrimará hasta Marte. Vos capitán y timón de mi vida, vos que diste a luz una nueva constelación trazada por los astros que nacieron de nuestro amor, y por sus estrellas te guiaste hasta llegar a la melodía de mi voz enmudecida. Vos me desataste del océano, diendo un paso torpe, enamorado y ciego hacia la perdición cuando me encontraste, dimos un adiós al ancho mundo y nos vestimos creídos de fantasmas. Naufragamos en las pupilas ajenas rebalsadas de incomprensión, esquivando una sociedad que no marcha ni para adelante ni para atrás, excediendo la furia del huracán, fruto de la ira de Poseidón, ya lo ves... vencimos a más de un dios. Nuestra marea sube y vemos al resto ahogarse profundo. Vos mi salvavidas, vos mi pase libre hacia el sol...Contame el final, acercate sigilosamente, que tu mano navegue descendiendo por mi vientre mientras me endulzas los labios, arrimate y susurrame al oído el final de la sirena embarcada en aquel navío. Colmame de histeria hasta el límite y saciame el capricho, envolveme despacio en tus brazos y que comience un juego dulce y violento de arañazos.No existe mar que arribemos capaz de extinguir las llamas que arden sólo con vernos.