Ella descubrió que el paraíso es en el callejón.
No se aguantaba el cariño.
Y él correspondió cantándole las serenatas que hablan de cosas que faltan, de cosas por hacer... Canciones, con perdón, de amor.
Pero antes del amanecer la calma se rompió.
En la ventana estaban tresella, la luna y un tipo grandón que le despeinaba las alas.
No me va a creer diciéndole que el bronceado de lunaes lo que te te delata.